Hasta aquí todo el análisis muy sosegado y lógico, el problema llega cuando avanzado, llegamos a lo que verdaderamente debe importarnos a todos los "españolitos de a pié", que no es otra cosa que saber si nuestro Gobierno va a permitir que los ciudadanos tengamos que sortear la crisis al grito de "sálvese quién pueda", dedicándose (el Gobierno) exclusivamente a salvarle el culo a aquellos auténticos responsables, por avaricia, de lo que de estrictamente celtibérico tiene nuestra particular crisis. Este solvente pero, insisto, avaricioso sistema bancario, junto con el más avaricioso, si esto fuera posible, sector inmobiliario, recibirá el dinero inyectado por el Estado (por todos los españoles) y luego, esos avariciosos probados decidirán, sin directrices claras y de obligado cumplimiento por parte del Gobierno ya que, como afirmó Solves. Todo queda en una vacía declaración de principios de Zapatero. Así que si nada lo remedia, serán los avariciosos (junto con los sucesivos gobiernos y el crack del capitalismo salvaje, máximos responsables de la situación actual) los que decidan si financian a las familias, autónomos y pequeñas y medianas empresas o por el contrario destina el dinero recibido a sanear las cuentas de resultados de los propios bancos y grandes constructoras.
Además queda el asunto de quién pagará esa escandalosa factura, silencio inquietante del Gobierno al respecto, que no serán otros que los españolitos de a pié, con reducciones de las prestaciones sociales, aumento de impuestos, no sólo estatales ya que se reduce el dinero que éste aporta a los ayuntamientos y éstos no tardarán en decidir que el aire que respiramos es un bien público por el que nuestro munícipes no dudarán en cobrarnos una nueva tasa o impuesto, todo para pagar la caterva de asesores y nepo-funcionarios que les rodean.
Eso sí, en otros países como Gran Bretaña, tan ultra liberal ella, su Gobierno no se ha cortado un pelo en asegurar que los activos que hoy compre para salvar a la banca, mañana tendrán que ser recomprados por ésta, pagando unos intereses adecuados al sacrificio que los británicos realicen. No obstante, tanto Gran Bretaña como Alemania, han asegurado que los responsables no se irán de rositas, se abrirán las investigaciones que sean necesarias.
Aquí, nada similar ha salido de los labios del ocupa de la Moncloa, ni intereses en la devolución, ni investigaciones, ni nada. No sé si todo esto, como me dijeron unos amigos canadienses, es fruto de la superioridad moral del luteranismo sobre el catolicismo o si lo es de que los partidos británicos no deben tanto dinero, digamos "gratitud", a la banca de su país.
A mí se me ocurre otra forma de financiar los dineros necesarios para salir de esta brutal situación económica:
Puesto que los bancos, llegadas situaciones como ésta (que no es de falta de dinero o solvencia propia, sino que desconfían de las de sus "colegas" y no se prestan ni el jabón de afeitar), van a encontrarse siempre con el colchón del Estado (Jordi Pujol sabe muy bien lo que es endosarle a las arcas del Estado sus veleidades al frente de la Banca Catalana, además tenemos los casos Urquijo, BBVA de Mario Conde, etc.), estos avariciosos bancos y cajas. a cuyos batacazos acude siempre solícito el Estado con el colchón salvavidas de "nuestros ahorros", bien podrían pagar unos impuestos superiores al que hasta ahora pagan pues ninguna otra empresa o familia sobre la Piel de Toro, tiene garantizado que el Estado acuda en su ayuda. Sería como el pago por un seguro de quiebra.
He oído decir a algún representante de los avariciosos, que en esta crisis, hemos perdido todos. No es cierto, al menos no en la misma proporción:
Dicen que la energía ni se crea, ni se destruye, se transforma. Pues el dinero tampoco se destruye, sólo cambia de manos; lo triste es que siempre va a parar a las mismas. Si Ud. se comprometió a pagar por su piso actual 180.000 €, hoy se encuentra que los intereses de las cantidades aplazadas se ha disparado hasta niveles insoportables para cualquier economía, digamos que su pago final, se iría a más de 350.000 €. Eso sí con la crisis su vivienda ya no vale esos 180.000 €, sino que a duras penas podría obtener ahora más de 125.000 € por él. Esto significaría que en valor real, Ud. se podría construir ahora esa vivienda por esos 125.000 €, incluidos unos beneficios razonables para el constructor. Resumen: Ud. va a pagar, en el mejor de los casos 350.000 € por algo que solo vale 125.000 €, por lo que entre bancos y constructores, los avariciosos, sin olvidar algún que otro político y partido, los corruptos, se quedan con 225.000 € del sudor de su frente y de la de su familia.
¿Le extraña ahora la crisis?
Pues nada a seguir votando al PP, PSOE, PNV, CiU, BNG, ERC, IU, etc. Todos los que han permitido este estado de cosas.
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