Creo haber escrito que estaba a la espera de que se concretara una oferta de trabajo. Pues bien, finalmente se ha concretado y en breve saldré hacia Canadá, de avanzadilla para cerrar algunos flecos y localizar una vivienda adecuada para la familia. Ya estuve hace unos años trabajando allí y la experiencia fue muy satisfactoria, tanto que hemos decido que continuar la educación de nuestros hijos en un sistema tan diverso al nuestro, enriquecerá grandemente sus posibilidades en el futuro, afianzará nuestro futuro profesional y económico.
Esta espera, que pensaba sería algo más corta, es la que me hizo declinar colaborar en temas de Sanidad. Me alegro ya que no me gusta dejar las cosas a medias y a la gente colgada.
Además de que estamos convencidos de que el contraste cultural será beneficioso, creemos que nuestros hijos sacarán partido de una sociedad en la que la valoración de la ética, el esfuerzo y la honestidad personal y pública es muy superior a la que se les otorga en España. No basta parecer honesto, hay que serlo.
Nuestra idea es retornar cuando estén preparados para acceder a la Universidad porque si esperamos a que terminen sus estudios superiores, posiblemente no regresemos ya que ellos difícilmente lo harían. De todas formas, tiempo al tiempo porque estamos hablando a futuro y ese, aún no está escrito.
Trataré de no perder el contacto totalmente y os deseo buena suerte a todos los que me habéis seguido hasta la fecha y al resto de UPyD. ¡Ojalá! que todo marche bien y finalmente los problemas se solucionen como debieron solucionarse desde un principio, como, al parecer, se solucionarán en Sevilla. Suerte en estos duros tiempos, en términos de democracia y económicos, que nos llegan a todos y principalmente a los que os quedáis aquí y espero que no se cumpla el vaticinio que, no sin cierta sorna, hice no hace mucho en otra entrada:
¡Que el último apague la luz!